Tras cinco años entrenando a los deportistas Sub12 y Sub14 de la Federación Catalana, asistiendo en cinco ocasiones a los Campeonatos de España (2012-2016) y en dos ocasiones a los Campeonatos de Selecciones Autonómicas (2015-2016), diría que ya he cumplido una etapa profesional y toca hacer balance.
Este año, exceptuando el tema de la retransmisión de las partidas que registró muchos problemas, la estancia estuvo a una gran altura, tanto en la calidad de las habitaciones como en la comida y demás detalles. La verdad es que el equipo organizador capitaneado por Guillermo Barranco y Ramón Padullés lo hace muy bien y de hecho en la mayoría de las categorías la inscripción fue la más alta desde que se comenzó a jugar en Granada.
En la categoría sub12 (4-10 julio) cabe aclarar que el mejor jugador de Cataluña, Llibert Céspedes, cabeza de serie número dos, iba con su entrenador privado, el GM Josep Oms, lo que a mi juicio representa una ventaja muy positiva para el ya que dispone de un entrenamiento muy específico y además de mucha calidad. Sin embargo, en los últimos meses Llibert ha subido mucho ELO, pasando en pocos meses de 1800 a 2140 con la famosa K=40 y tal vez la presión de jugar tan arriba y la expectativa creada no jugó a su favor (finalizó 10º).
Por ello, me centré esencialmente en apoyar a la campeona de Cataluña sub12, Vinyet Palau. Jugó francamente bien, consiguiendo 5,5/9 y quedó muy cerca de la medalla de bronce femenina, saliendo de 100 pero finalizando en el puesto 37. Un resultado excelente para ella que estoy seguro le animará a seguir trabajando fuerte de cara al futuro. También ayudé a Jan Travesset (hijo de Daniel, que es de mi quinta) a partir de la cuarta ronda. El chaval jugó un torneo muy bueno quedando mejor catalán en el puesto 9 (saliendo de 60). Cuidado con estos dos niños el año que viene, compiten muy bien y son duros de pelar.
Estos resultados me dieron mucha satisfacción: a pesar de no alcanzar ninguna medalla me di cuenta que gestionando la ayuda de una manera precisa puedes aumentar el rendimiento específico de deportistas que normalmente no conseguirán este tipo de clasificaciones. También tuve ocasión de poner en práctica lo que aprendí en el curso de psicología aplicada al ajedrez organizado por la FEDA en abril-mayo. Sí, los entrenadores profesionales también estudiamos psicología, para aplicar de forma científica aquellas cosas que de forma intuitiva ya venimos haciendo, y aprender nuevos conceptos para complementar el entrenamiento más técnico.
Además de estos dos estuve apoyando a otros niños de la delegación aunque de forma más puntual, en función del tiempo que me quedaba entre rondas. En este sentido resultó importante el trabajo realizado por el MF Joan Trepat junto al gran delegado Marçal Abadía.
En la categoría sub14 (11-16 julio) contábamos con las opciones más claras de Héctor Sama y Joana Ros. Con Héctor llevo trabajando más de tres años de forma privada y este año tanto el cómo su hermano han dado un salto importante de calidad, en buena parte por el incremento de tiempo de estudio de los dos. Por su parte con Joana llevo tres años de clases grupales online y además este año una beca de 45 horas presencial individual, con atención al cálculo y finales, para complementar el trabajo de su propio entrenador privado.
Héctor jugó muy bien, llegando a la última ronda empatado en el segundo puesto pero una inesperada derrota contra Gabriel Quispe le relegó al séptimo puesto, una clasificación correcta pero confiábamos en podio. Cabe tener en cuenta que la calidad media del sub14 es muy alta (Henderson, Lianes, Quispe, Guerra, Ginés… muy duros todos ellos). Sin embargo, luego se quedó a jugar el Sub16 y allí jugó incluso mejor consiguiendo un excelente 10º puesto, muy por encima de su expectativa. Por cierto, estoy muy contento con la medalla de plata de Gerard Ayats en Sub16, que he tenido como alumno en tecnificación durante varios años, quedándose a la puerta de la medalla en más de una ocasión.
Por su parte Joana llegó a la última ronda empatada en el primer puesto pero mientras que sus dos rivales ganaron ella perdió. Por suerte para ella, el desempate le dejó por delante de las demás chicas y se llevó otra medalla, este año la de bronce. Joana jugó muy bien pero dos derrotas seguidas la dejaron bastante tocada a mitad de torneo. Entre todos conseguimos recuperarla psicológicamente para afrontar con éxito la parte final de torneo. Asimismo estoy contento con la labor realizada con Laura Povill que finalizó cuarta en la clasificación femenina.
Balance final:
Tras los cinco años de Salobreña el balance en estas dos categorías (Sub12 y Sub14) ha sido de ocho medallas, dos de oro, dos de plata y cuatro medallas de bronce. Pero mucho más importante son las relaciones de amistad que he hecho con los niños y sus padres, con los demás entrenadores y con decenas de jugadores y aficionados de otras comunidades. Sin duda, esto es lo mejor que me llevo de mis cinco años en Salobreña.
Respecto al rendimiento de los deportistas, el nivel medio en España está más alta que nunca y a partir de sub12 se nota muchísimo quienes dedican 2 y 3 horas al día al entrenamiento perfeccionado y quienes simplemente hacen algunas clase semanal online y juegan algunas rápidas o algún torneo. En cada categoría hay 10 o 20 deportistas que están a un nivel bastante superior al resto y de estos sólo 3 consiguen medallas.
Es tremendamente complicado alcanzar un metal y un puesto entre los 10 primeros de España es un gran resultado: a lo largo de estos cinco años muchos de nuestros deportistas han finalizado entre los 10 primeros, incluso 4º y 5º, pero quizás no se le da la importancia que esto tiene, lo mismo que las medallas femeninas, como si fuera fácil conseguir una de estas medallas en base a que hay diez chicos por cada chica que juega al ajedrez…
En un futuro artículo abordaré todos estos temas con más detalles, además de explicar mi experiencia en el curso de psicología FEDA y, por último, dar mi opinión sobre la necesidad (o no) de contar con un psicólogo profesional en la delegación.
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